Marruecos oficialmente denominado Reino de Marruecos (al-Mamlaka al-Maġribiyya)— es un país soberano situado en el Magreb, al norte de África, con costas en el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
Se encuentra separado del continente europeo por el estrecho de Gibraltar. Limita con Argelia al este —la frontera se encuentra cerrada desde 1994—, al suroeste con el Sahara Occidental, al norte con España, su principal socio comercial con el que comparte tanto fronteras marítimas como terrestres —Ceuta, Melilla y las plazas de soberanía— y al sur con Mauritania. Ocupa parte del Sahara Occidental, tras la marcha verde de 1975, la firma del Acuerdo Tripartito de Madrid, y la interrupción del proceso de descolonización y abandono de España del territorio.
Primeros tiempos islámicos
Marruecos se modernizó a finales del siglo VII, con la llegada del Islam, que produjo la conversión de muchos bereberes y la formación de estados como el Emirato de Nekor en el actual Rif. Uqba ibn Nafi, conquistador del Magreb en el siglo VII, alcanzó las costas atlánticas en las playas de Massa, se introdujo en el océano con su caballo y puso a Alá como testigo de que no quedaban más tierras por conquistar. El país pronto perdió el control del distante Califato Abasí de Bagdad bajo el poder de Idrís I, fundador de la de los idrisíes en el año 789. Marruecos se convirtió en el centro de aprendizaje y la mayor potencia regional.
El país alcanzó su mayor poderío cuando una serie de dinastías bereberes reemplazaron a los idrisíes árabes. Primero los almorávides, después los almohades, quienes venían a Marruecos tras gobernar gran parte del noroeste africano, así como grandes territorios de la península ibérica o al-Ándalus. Pequeños estados de la región, como Barghawata y Banu Isam, fueron conquistados. El imperio se derrumbó a causa de un largo periodo de guerras civiles.
Las ciudades imperiales de Marruecos son las cuatro capitales históricas de Marruecos: Fes, Marrakech, Meknes y Rabat
Las primeras intervenciones europeas
En los siglos XV y XVI Portugal empezó una política expansionista en África, que en Marruecos tenía como objetivo controlar la costa y las actividades de piratería. La primera iniciativa importante fue la toma de Ceuta (1415), que ya no volvería a manos magrebíes; ésta fue seguida por Arcila y Tánger (1471), Mogador (1506), Safí (1508), y Mazagán (1513). Pese a las poderosas fortificaciones levantadas, pronto las plazas del sur tuvieron que ser progresivamente abandonadas, frente a los constantes ataques musulmanes.
Por su parte, tropas españolas al mando de Pedro de Estopiñán conquistaron la ciudad de Melilla en 1497, que pasó a depender del señorío territorial de los duques de Medina Sidonia, y a partir de 1556, de la Corona española. Desde 1580, cuando Felipe II fue coronado rey de Portugal, las posesiones portuguesas pasaron a integrar el Imperio español. En 1640 Portugal recobró su independencia, pero Ceuta permaneció bajo control español, situación que aún se mantiene.
Tánger fue cedida por los portugueses a Inglaterra en 1661, como parte de la dote de Catalina de Braganza, cuando esta princesa se casó con el rey Carlos II. Los ingleses, frente a la continua presión marroquí, decidieron abandonarla el 6 de febrero de 1684.
Los alauitas 1666-1912
La dinastía alauí, que hasta entonces controlaba la región de Tafilalet, consiguió unificar bajo su poder en 1666 un país en aquel momento dividido, y ha sido desde entonces la casa que rige Marruecos. Los alauitas tuvieron éxito en estabilizar su posición, frente a la presión de españoles y otomanos, y aunque el reino era más pequeño que los anteriores en la región, seguía manteniendo sus riquezas. En 1684 se anexionaron Tánger a su territorio.
Marruecos fue uno de los primeros países en reconocer a los Estados Unidos como una nación independiente en el año 1777. El Tratado de Amistad Marroquí-Estadounidense es considerado como el más antiguo tratado no quebrado de los Estados Unidos. Firmado por John Adams y Thomas Jefferson, ha estado en continuo efecto desde 1783. El consulado de Estados Unidos en Tánger es la primera propiedad que el gobierno estadounidense posee en el exterior. El edificio actualmente funciona como museo.
Protectorados francés y español
A medida que Europa se industrializaba, el norte de África, con su riqueza y su interés estratégico, se fue volviendo un objetivo cada vez más atractivo para las potencias colonizadoras. Francia mostró un fuerte interés en Marruecos desde 1830. En 1860, una disputa sobre el enclave español en Ceuta llevó a España a declarar la guerra. Victoriosa, España ganó un nuevo enclave y una ampliación del asentamiento de Ceuta. En 1884, España creó un protectorado en la costa atlántica sahariana frente a las islas Canarias.
En 1904 Francia y España establecieron zonas de influencia en el país. El reconocimiento por el Reino Unido de la esfera de influencia francesa en Marruecos provocó una fuerte reacción del Imperio Alemán; la crisis de junio de 1905 fue resuelta en la conferencia de Algeciras, realizada en España en 1906, en donde se formalizó una “especial posición” francesa y se le confió la política de Marruecos a Francia y España en común. Una segunda crisis marroquí provocada por Berlín incrementó las tensiones entre las potencias europeas.
El Tratado de Fez (firmado el 30 de marzo de 1912) convirtió a Marruecos en un protectorado de Francia. Por el mismo tratado, a partir del 27 de noviembre del mismo año, los territorios del norte (en torno a las ciudades de Ceuta y Melilla) y del sur (fronterizos con el Sáhara Español) se convirtieron en el protectorado español de Marruecos. Francia y España controlan la Hacienda, el ejército y la política exterior de Marruecos en sus respectivos protectorados. En teoría éstos no suponen ocupación colonial, están regulados por tratados y Marruecos es un Estado autónomo protegido por Francia y España pero bajo soberanía del sultán. En la práctica Marruecos se convirtió en colonia de Francia y España, especialmente desde 1930. La ciudad de Tánger, junto al Estrecho de Gibraltar, obtiene carácter de ciudad internacional por el estatuto de 1923.
Una parte de la población marroquí se opuso a la ocupación colonial europea. Los franceses tuvieron que luchar contra las tropas de Al Hiba entre 1912 y 1919 en la zona de Marrakech. Los rifeños se rebelaron contra el protectorado español de Marruecos al mando de Abd el-Krim y proclamaron República del Rif, ocupando la parte norte del actual Marruecos entre 1921 y 1927, lo que vendría a ser el antiguo Reino de Nekor. Esta república no reconocía al sultán de Marruecos y declaraba su total independencia. La Coalición franco-española logró derrotar a la República del Rif tras el Desembarco de Alhucemas y el uso de armas químicas contra la población en el transcurso de la Guerra del Rif.
En el protectorado francés se produjo una llegada masiva de colonos franceses (llegaron a ser 500 000 en 1950) los cuales cultivaron las mejores tierras. Los colonos adquirieron esas tierras, en total 1 100 000 hectáreas, de varias maneras: apropiándose de las tierras comunales (melk),y obligando a los campesinos minifundistas marroquíes a venderles sus tierras. Por otro lado el gobierno francés construyó carreteras, puertos, ferrocarriles, redes de telefonía, navegación aérea. También se explotaron minas de hierro, cobre, manganeso, plomo, zinc y, sobre todo, los fosfatos de Juribga y Yusufía. La colonización francesa provocó la ruina de la artesanía autóctona, desplazamientos bruscos y abusivos de población activa y se preocupó poco o nada en invertir en vivienda y educación. Muchos soldados marroquíes (goumieres) que servían en el ejército francés colaboraron con las tropas europeas y estadounidenses en la Primera y la Segunda Guerras Mundiales. Los sultanes de Marruecos en esta época fueron Muley Yúsuf (1912-1927) y Mohámmed V (1927-1961).